En 1847, Werner Von Siemens mejora el telégrafo de puntero inventado por el inglés Charles Wheatstone, sincronizando eléctricamente el transmisor y el receptor.
Con ésta innovación el aparato hecho de cajas de cigarros, hojalata, piezas de hierro y alambre de cobre aislado es muy superior al equipo anterior, alcanzando un radio de 50 km.
Éste principio sienta las bases para convertir la energía mecánica en eléctrica; a finales de 1870 las máquinas han mejorado a tal punto que nada se interpone en el camino de la electrificación pública y privada.
Estableciendo éste fondo, Werner Von Siemens perseguía dos metas: fomentar el bienestar de sus empleados y retener a los trabajadores altamente calificados en la compañía por un largo tiempo.